Por José Ignacio Sbrocco
Especial para lanacion.com
Están a miles de kilómetros pero ahora se sienten más cerca. Los científicos que están en la Antártida ahora pueden comunicarse con sus familiares y con sus colegas a través de Internet. "Estamos en contacto permanente a través del messenger y ayuda a pasar tanto tiempo fuera de casa", dijo a LA NACION el jefe de la Base Marambio, el vicecomodoro Ricardo Valladares.
En la Antártida se viven vientos de cambio. La Cancillería instaló antenas y teléfonos satelitales para que los científicos puedan comunicarse con sus familiares a través de Internet. Además, se incorporarán nuevos científicos y laboratorios para trabajar con mayor comodidad en el continente del Sur.
El acceso a Internet digital es una de las innovaciones más trascendentales, ya que los más de 200 técnicos que están en la Antártida podrán comunicarse con la comunidad científica internacional y con sus respectivos familiares. "Pero también cumple una función clave en la seguridad, por las tareas de rescate que sean necesarias", dijo Hernán Orduna, subsecretario Legal y Técnico de la Cancillería.
Valladares, señaló, en diálogo telefónico con LA NACION, que la modernización le cambió la vida a las personas que están en la Antártida. "Ahora estamos en contacto diario con nuestros familiares a través del messenger o de las cámaras web. No es lo mismo que el contacto diario y sentir el abrazo de ellos, pero ayuda a que la estadía aquí no sea tan dura", dijo Valladares, que el 29 de octubre próximo regresará a Córdoba, de donde es oriundo, luego de haber estado un año como jefe de la base antártica.
Hasta enero último, los campamentos antárticos no tenían teléfono ni fax; y la conexión a Internet era muy lenta (16k) -ahora es de 256 k y con posibilidades de ampliarse a 512 k en el verano próximo-. Para lograr esa velocidad se colocó una antena satelital, tres equipos de comunicación satelital (BGAN) y 15 equipos Iridium, además de un enlace. Una radio era el único nexo de comunicaciones con otras personas fuera de los campamentos.
En la Antártida hay 13 bases instaladas, de las cuales seis son permanentes y las restantes se abren en caso que haya investigaciones circunstanciales. En esos campamentos conviven argentinos y científicos de varias partes del mundo, relató Mariano Mémolli, director nacional del Antártico (DNA).
Para la incorporación de recursos humanos, este año la Cancillería duplicó el presupuesto para la Dirección Nacional del Antártico. En 2007 era de 15 millones de pesos y este año pasó a 30 millones de pesos. El proyecto para 2009 prevé un nuevo incremento y alcanzará los 45 millones de pesos. "Esto no significa un incremento en el presupuesto global de la Cancillería sino un reacomodamiento interno", dijo a LA NACION Orduna, quien fue uno de los encargados de la planificación tecnológica en la Antártida.
La Dirección Nacional Antártico convocó a los científicos que quieran pasar la próxima temporada en la Antártida y pueden registrarse en la página oficial del organismo [ www.dna.gov.ar ].
"Tuvimos que resolver dos problemas: el envejecimiento de la planta de investigadores antárticos y el reducido número de científicos que permanecen en la Antártida todo el año", sostuvo Orduna.
Y agregó: "Hemos incorporado jóvenes investigadores y técnicos desde junio último, que se están capacitando para ingresar en el verano y mejoramos las condiciones de habitabilidad y seguridad de los científicos para proporcionarles nuevos espacios de trabajo acordes a las necesidades".
El canciller Jorge Taiana, mediante un comunicado, señaló que la política del país es tener una presencia "ininterrumpida en la Antártida".
"Muestra el compromiso de la Argentina con la preservación de sus intereses y el afianzamiento de su soberanía en la Antártida, con el continuo fortalecimiento del Sistema del Tratado Antártico", agregó.
"Se está cumpliendo con todos los objetivos de la segunda etapa de la campaña antártica 2007/2008 -sostuvo- y se continúa con el desarrollo de los aproximadamente 40 proyectos científicos de diversas disciplinas de la Argentina en la Antártida".
Un proyecto en proceso de licitación -la adjudicación sería el 17 de septiembre- es para montar un laboratorio y un módulo habitacional en la base Jubany. "Es para mejorar la seguridad y habitabilidad en la Antártida y que insumirá una inversión de 20 millones que se ejecutará en cuatro años", sostuvo Orduna.
Está previsto que, a partir de diciembre próximo, se construya en la base Jubany un bloque de laboratorios y dormitorios por un monto de 3,7 millones de pesos.
Las Malvinas, argentinas
La Cancillería, a través de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), presentará en mayo de 2009, que el Sector Antártico Argentino, las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur son parte integrante del territorio nacional argentino.
La situación política antártica deriva de la vigencia del Tratado Antártico, el instrumento jurídico internacional firmado en Washington el 1° de diciembre de 1959, y que entró en vigencia el 23 de junio de 1961 al ser ratificado por Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Sudáfrica y la entonces Unión Soviética.
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