Por José Ignacio Sbrocco
De la Redacción de LA NACION
Era un día peronista. Soleado, lleno de dirigentes que comulgan con la religión justicialista, una bandera partidaria clavada en el patio. Así se festejó ayer el cumpleaños de Antonio Cafiero, una leyenda del PJ, que sopló 86 velitas.
En la casa que el dirigente tiene en San Isidro coincidieron, amablemente, los kirchneristas Carlos Kunkel, Diana Conti, Juan Carlos Dante Gullo; los duhaldistas Eduardo Amadeo (ex vocero) y Daniel "Chicho" Basile, y los ex menemistas Moisés Ikonicoff y Fernando Galmarini -suegro del jefe de Gabinete, Sergio Massa-, entre otros. Estaba también el legislador porteño Diego Santilli, pata justicialista del macrismo.
Parecía un milagro, pero la mayoría de los asistentes coincidía en el análisis: sólo Cafiero puede reunir a dirigentes de todas estas corrientes internas del partido.
El cumpleañero lo destacó en su improvisado discurso: "Es difícil encontrar tantas corrientes juntas. En este día peronista, vamos a renovar la amistad y el compañerismo".
Luego sonó la marcha peronista que entonó -y aplaudió- hasta el juez de la Corte Suprema de Justicia Juan Carlos Maqueda. En su mesa, estaba sentada Conti, alfil del kirchnerismo en el Consejo de la Magistratura, que no cantó la "marchita". "Viene del Partido Comunista", recordó un dirigente.
El ex jefe de gobierno porteño Jorge Telerman la tarareaba. Aunque no es afiliado al PJ, sería uno de los elegidos por el ex presidente Néstor Kirchner para integrar la lista de diputados nacionales del año próximo.
En el festejo, estuvieron los gobernadores Daniel Scioli (Buenos Aires), Juan Manuel Urtubey (Salta) y el diputado Felipe Solá. "Son tres presidenciables", dijo el homenajeado antes de la despedida.
Promediaba la tarde y las botellas de vino Nieto Senetiner cabernet sauvignon se iban terminando entre charlas y charlas. Tenían varios temas en la agenda: las internas bonaerenses, el pedido para que se declare delito de lesa humanidad el asesinato del ex líder de la CGT José Ignacio Rucci.
En voz baja, y cuando los kirchneristas Gullo, Kunkel y Conti no escuchaban, también se habló del escándalo de la valija con 800.000 dólares que llegó en un avión alquilado por el Gobierno, el 4 de agosto del año pasado.
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