Este año, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, dispone de 9.279 millones para los planes sociales. La mayoría son para atender la pobreza. Sólo 185 millones son para microemprendimientos y actividades productivas.
José Ignacio Sbrocco
El Tribuno
En el país, según datos oficiales, cada vez hay menos pobres. Sin embargo, el kirchnerismo ha incrementado, año tras año, los recursos para los planes sociales destinados al clientelismo.
Para este año, en coincidencia con el año electoral, el Ministerio de Desarrollo Social prevé gastar 9.279 millones de pesos en planes sociales. Unos 2.465 millones más que el año pasado. Las partidas son administradas por Alicia Kirchner, hermana del ex presidente Néstor Kirchner y cuñada de la presidenta Cristina de Kirchner.
Desde 2003, el año que el kirchnerismo llegó al poder, el dinero del Estado para clientelismo aumentó, pese a la crisis financiera, el 649 por ciento.
Paralelamente a la entrega de planes sociales, la pobreza se redujo más del 30% entre 2003 y 2009, según datos del INDEC, que también sostiene que la indigencia bajó más del 20% en el mismo período.
Pero el presupuesto social, en definitiva, creció un 36 por ciento respecto del año pasado. Es decir, 30 puntos por encima de la inflación reconocida por el Gobierno.
Esto aparece como una contradicción entre los habitantes de la Casa Rosada. El día que Néstor Kirchner asumió la Presidencia, el 25 de mayo de 2003, dijo que había que profundizar la contención social, pero también insertar a los pobres en el trabajo. Sin embargo, hoy, la mayor parte de los recursos están destinados a programas para atender la pobreza y sólo una pequeña parte para crear empleo, por ejemplo, a través de microemprendimientos o de capacitación. De los 9.279 millones previstos para atender la situación de pobreza, sólo 185 millones son para generar actividades productivas, según consta en la ejecución presupuestaria del Ministerio de Desarrollo Social.
Ernesto Kritz, economista especialista en políticas sociales y titular de la consultora SEL, señaló que el incremento presupuestario "sugiere que hay un reconocimiento implícito de la pobreza". "Si el INDEC -agregó-dice que la pobreza bajó al 15,4 por ciento a abril de 2009, es contradictorio que haya un aumento tan importante de los planes asistenciales de Desarrollo Social."
Según los datos oficiales, desde 2003 a la fecha, unos 3 millones de personas superaron la línea de pobreza en el país.
El Gobierno fue ineficaz para reducir la pobreza. La tendencia de reducción de los índices se alteró. A pesar del incremento de recursos oficiales, no repercute tanto en los sectores más desprotegidos; sobre todo por el crecimiento de los precios, dibujados por el INDEC del polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
En ese contexto, la lucha contra la pobreza parece tener otra dificultad: la cantidad real de personas que no tienen los ingresos suficientes para cubrir la canasta alimentaria. Para el INDEC, el 15 por ciento no cubre las necesidades básicas. Para los consultores privados, es mucho mayor.
Palabras en el olvido
Pasaron casi seis años desde el día que Néstor Kirchner asumió la Presidencia del país, y parece ser que no recuerda el discurso que brindó ante la Asamblea Legislativa, cuando dedicó gran parte del mismo a la contención social y a la redistribución de la riqueza, un término muy usado por el matrimonio Kirchner.
"Profundizar la contención social a las familias en riesgo, garantizando subsidios al desempleo y asistencia alimentaria. Consolidando una verdadera red federal de políticas sociales integrales para que quienes se encuentran por debajo de la línea de pobreza puedan tener acceso a la educación, a la salud pública y a la vivienda", había señalado ese día.
Desde aquel entonces, el discurso del ex presidente parece estar aún vigente: "Sabemos que hay que corregir errores y mejorar métodos en la forma de asignación de la ayuda social. Pero es imprescindible advertir que la tragedia cívica del clientelismo político no es producto de la asistencia social como gestión del Estado, sino de la desocupación como consecuencia de un modelo económico. En nuestro país, la aparición del cliente político es coetánea con la del desocupado. Mientras en la Argentina hubo trabajo, nadie fue rehén de un dirigente partidario." Las palabras, sobran.
El enlace a la nota. Lunes 27 de abril de 2009, El Tribuno
No hay comentarios:
Publicar un comentario