El Gobierno repartió más de $17 millones entre todos los partidos políticos mientras cuestiona a las “PyME electorales”.
José Ignacio Sbrocco
El Tribuno
El Gobierno los llama de distintas formas, según quién sea el vocero oficial. Por ejemplo, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, los llama “sellos de goma” o “agencias electorales”. El presidente del bloque oficialista, Agustín Rossi, las califica de otra manera: “PyME electorales”.
Así denominan a los partidos chicos, que están en vías de extinción si se aprueba tal como está el proyecto de reforma política que esta semana será tratado en comisiones por la Cámara baja.
Las agrupaciones chicas sobrevivieron en el sistema político argentino, muchas veces, gracias a las alianzas que le permiten subsistir y percibir fondos estatales, con sólo prestar su nombre. Ese es el “negocio” de las PyME electorales.
El Estado destinó este año 19.003.000 pesos para repartir entre los partidos, a través del Fondo Partidario Permanente, que se entrega todos los años, haya o no elecciones.
Ese monto se reparte de dos formas: un 20 por ciento que son “aportes extraordinarios”, que se reparte discrecionalmente entre las agrupaciones políticas. Descontado ese porcentaje, quedaron $14.442.200 para el “desenvolvimiento institucional”, según la resolución 55 del Ministerio del Interior, que conduce Randazzo y que firmó el 3 de febrero de este año. Parte de ese dinero deben dedicar los partidos para la capacitación de dirigentes.
Según las planillas de la Dirección Nacional Electoral, el Gobierno destinó $17.208.216,07 en total: $13.769.015,06 para desenvolvimiento institucional y los
$3.439.201,01 restantes en aportes extraordinarios. El importe es menor al de la resolución de Randazzo por las sanciones a los partidos políticos por incumplir la ley electoral.
En el reparto de esos fondos hay algunas perlitas: el partido Acción por la República, que había fundado el ex ministro de Economía Domingo Cavallo percibió 147.421,27 pesos pero sólo participó en las contiendas electorales de Capital Federal y Corrientes, siempre bajo el paraguas de una alianza.
Los sellos de goma, como los califica el Gobierno, no son exclusivos de la oposición. El partido Conservador Popular es uno de los integrantes del kirchnerista Frente para la Victoria.
Obtuvo $48.737,81 para desenvolvimiento institucional y otros $70.000 en fondos extraordinarios.
Un caso particular es el partido Demócrata Cristiano. En algunos distritos participó solo, en otros en alguna alianza opositora y en otros distritos compitió junto con el Justicialismo. En todo el país recaudó $160.881,20 pesos para su funcionamiento y 100 mil pesos más en aportes extraordinarios.
El partido Demócrata Progresista recaudó $162.421,59 para sus tareas institucionales. No le dieron recursos discrecionales a este partido que se
enroló en alianzas opositoras a la Casa Rosada.
El Partido Federal, que integra la coalición del PRO, juntó 152.866,25 pesos y otros $20 mil en fondos extraordinarios. El partido Nacional Constitucional (UNIR) percibió $120 mil en aportes extraordinarios y $103.105,38 para su funcionamiento.
La lista sigue. El director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, dijo a El Tribuno que el objetivo de la reforma no es reducir los gastos en financiamiento partidario. Parece ir a contramano de Randazzo y Rossi.
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