Meiszner, el sucesor de Julio Grondona

El ex presidente de Quilmes es el primer nombre en la línea de sucesión de Don Julio para presidir el organismo del fútbol argentino

Por Nicolás Balinotti
De la Redacción de canchallena.com


Hombre de liderazgos interminables e intolerante al disenso, el peregrinar de José Luis Meiszner como dirigente de fútbol es tan vetusto que sin ser miembro de la comisión directiva de Quilmes lleva la vida del club en un puño. Presidió la entidad del Sur durante 17 años y hoy, desde la asamblea de socios, la conduce sin focos insurgentes que se opongan a su personalismo.

Tras ejercer un rol protagónico en el acuerdo entre el Gobierno y la AFA por los derechos televisivos del fútbol, Meiszner ha quedado primero en la línea de sucesión de Julio Grondona para presidir el organismo de la calle Viamonte a partir de 2011. Incluso antes que los propios hijos del presidente. Dice Grondona, en una entrevista con Perfil: "Me gustaría que me suceda la juventud. Meiszner forma parte de esa juventud". Meiszner tiene 63 años y el 23 de marzo fue operado de urgencia del corazón. Responde Meiszner, a canchallena.com : "Soy quizás parte de un puente que pretende edificar entre una realidad presente y la que viene. Pertenezco a una generación intermedia".

La voz campechana de Grondona no es la única que entona el nombre de Meiszner como su posible sucesor. "Cualquiera que haya estado mucho tiempo al lado de Don Julio puede reemplazarlo. Y no sé si hay muchos más aparte de José Luis", opina el actual secretario general de Quilmes, Enzo Salvetti. La escasa oposición existente en el club cervecero también coincide este pensamiento. "Es 99 por ciento factible que será el nuevo presidente de la AFA", pronostica con certeza Leonardo Etchelecu, uno de los miembros de la Agrupación Blanca 2010 y quien conoce hace dos décadas a uno de los hombres más influyentes de Quilmes.

Como el estadio de Arsenal lleva el nombre de "Julio Grondona", el de Quilmes fue bautizado como "Centenario José Luis Meiszner". Ambos dirigentes lucen anillos de oro con leyendas. El del mandamás de la AFA dice "Todo pasa". El de su posible sucesor, "Algo queda". Pero la ligazón continúa. Ambos mantienen vivas sus influencias con el poder político. En el caso de Meiszner, su amistad con el jefe de Gabinete Aníbal Fernández facilitó el desenlace en el conflicto por los derechos de TV. Sus hijos trabajan bajo la orbita de Fernández: Andrés está a cargo desde 2006 del Registro Nacional de Armas, mientras que Nicolás trabajaría en el estudio jurídico que ambas familias comparten en las calles Matienzo y Pringles, en Quilmes.

La amistad es tan estrecha entre Aníbal Fernández y Meiszner, que fuentes del club Quilmes reconocen que el jefe de Gabinete no se involucra activamente en la política del club para no pelearse con su amigo.

Meiszner es abogado y fue gerente de la Cervecería Quilmes, donde trabajó 36 años y cultivó parte de su poder a partir de su rol gremial en la compañía. En 1979 asumió la presidencia del club Quilmes y su logro máximo fue haber inaugurado el estadio, en 1995. "Es el dirigente más importante que tuvo el club en su vida", lo pondera el oficialista Salvetti. Sin embargo, desde la opositora Agrupación Blanca brotan las críticas. "Quilmes no es Meiszner dependiente, sino que Quilmes es Meiszner. El club económicamente está muy mal, y deportivamente peor. Construyó el estadio, pero vendió los terrenos donde estaba el viejo. Es un dirigente que no acepta el disenso. Es de la línea de Grondona. Puede ser comparable al caso de Newell´s. Si bien Meiszner no es híper democrático, existen diferencias con Eduardo López. Pero el resultado de los clubes es más o menos similar", sostiene Etchelecu.

Dicen que el actual presidente de Quilmes, Juan Carlos Garbaccio, mantiene una política de respaldo y promoción a las divisiones inferiores. Sin embargo, el club fue arrastrado por un torbellino de entusiasmo y generosidad, e incorporó recientemente a 15 jugadores para esta nueva temporada. El último de ellos, Facundo Sava. Todos habrían llegado de la mano de Meiszner, que "si bien no está maneja todo", fiel a un estilo de hacer política deportiva en la Argentina.

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