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La millonaria obra adjudicada a la fundación de Bonafini


El desembarco en Salta de las Madres de Plaza de Mayo
Construyen un Centro Asistencial en Tartagal y tienen previsto comenzar unas 300 viviendas, que podrían llegar a 1.000.

José Ignacio Sbrocco
El Tribuno


El barro del alud aún dominaba las calles de Tartagal. El 27 de febrero último, 18 días después de la tragedia, el apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, bajaba de un avión privado acompañado por otras dos personas y se dirigía a la intendencia para dialogar con Sergio Leavy.
Hacía calor. El hombre fuerte de la Fundación y mano derecha de Hebe de Bonafini tenía una musculosa negra. Leavy se cruzaba de piernas y dejaba un pocillo de café sobre la mesa para escuchar la propuesta que Schoklender le había traído desde Buenos Aires: quería construir un centro asistencial y viviendas para las víctimas del aluvión de barro.
Las conversaciones llegaron a buen puerto, a tal punto que el municipio le cedió a la Fundación el plano de un centro asistencial que ya había construido en un barrio.
El lugar elegido por Schoklender para continuar la expansión de la constructora no fue al azar. Leavy es el presidente del Partido de la Victoria, uno de los que integran el Frente para la Victoria, sostén del kirchnerismo.

Desembarco en Salta
La Fundación construye un centro asistencial en la zona este de Tartagal. La obra arrancó en abril y estaría lista en los próximos 15 días. También tiene previsto empezar un barrio de 300 viviendas, con la intención de llegar a las 1.000 en el mediano plazo. Schoklender dijo que no recordaba la inversión en Tartagal.
Sí recordaba, en cambio, que el centro asistencial se había financiado con fondos de las Madres. “Estamos esperando que la Nación y la provincia de Salta firmen el convenio para que nos reintegren ese dinero y podamos avanzar”.
Para tener una idea, la Fundación tiene prevista una obra en Buenos Aires, en la Villa 31 de Retiro, para hacer 9.000 viviendas. El presupuesto es de 1.200 millones de pesos. Es decir, cada casa cuesta 133.333 pesos.
"La vamos a hacer con o sin (el jefe de Gobierno porteño Mauricio) Macri. La Presidenta ya se comprometió y firmamos los convenios”, había proclamado Schoklender.
Si se toma como base ese monto, la inversión en Tartagal para hacer las 1.000 casas que tienen proyectadas, el Estado desembolsará 133.333.000 pesos. Las empresas constructoras de Salta pusieron el grito en el cielo cuando trascendió que la constructora de Hebe de Bonafini y Schoklender se quedaría con algunas
obras en otros puntos de la provincia (ver aparte).
La buena relación con el kirchnerismo le permitió a la Fundación Madres de Plaza de Mayo desembarcar en un nueva actividad: la construcción. En los últimos dos años ya firmó convenios para realizar obras por más de 1.500 millones de pesos en distintos puntos del país. Nada despreciables.

La ayuda K
Desde que el matrimonio Kirchner habita la Casa Rosada la Fundación Madres de Plaza de Mayo obtuvo numerosas obras financiadas por la Nación.
Schoklender, en diálogo telefónico con El Tribuno, reconoció el aporte del kirchnerismo. “Hay una decisión del Gobierno nacional de comprometerse con los programas sociales. En el país nunca se construyeron tantos hospitales, caminos, escuelas, viviendas como en las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner”.
“La Fundación -agregó- coincide con el Gobierno en una visión distinta de los derechos humanos. No es sólo perseguir milicos y luchar por los desaparecidos, sino también resolver los problemas de la gente y la inclusión social. Las Madres siempre fueron muy críticas del clientelismo, que empezó con la Alianza y siguió con (Eduardo) Duhalde.”
Los vínculos con el kirchnerismo van más allá. La encargada de la contabilidad de las Madres es la ex ministra de Economía Felisa Miceli, que desembarcó en la Fundación cuatro meses después de haber renunciado al Palacio de Hacienda. En ese momento la Justicia la investigaba por el misterioso hallazgo de una
bolsa con 100 mil pesos y 31.000 dólares en su baño del Ministerio. Ahora la ex funcionaria está cerca del juicio oral por supuesto enriquecimiento ilícito.



Quejas de los empresarios salteños
Las empresas constructoras de Salta temen que la Fundación Madres de Plaza de Mayo desembarque con todo en la provincia.
“Son una competencia desleal”, cuestionó Juan Carlos Segura, presidente de la Cámara Salteña de la Construcción.
El argumento del empresario es que la Fundación, como tal, está exenta de impuestos porque es una organización sin fines de lucro.
La otra queja es que la mayoría de las obras que tienen a cargo fueron por adjudicación directa. Es decir, sin licitaciones.
En diálogo con El Tribuno, el apoderado de las Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, reconoció parte de las quejas del empresa­
riado salteño. “Es absolutamente cierto”, dijo sobre el pago de impuestos.
Sin embargo, Schoklender cargó contra las constructoras. “Nosotros tenemos todos los empleados en regla. No tenemos ni uno en negro. Tenemos profesionales en cada obra. Nuestras construcciones tienen el nivel más bajo de accidentes de trabajo. Les damos capacitación a todos los obreros. También les damos desayuno, almuerzo, merienda y cena. Contratamos hombres y mujeres sin experiencia y trabajamos en lugares donde las empresas no quieren hacerlo, como son las villas y los asentamientos”, desafió Schoklender.
El abogado agregó que los días en que llueve también son abonados. El convenio de UOCRA estipula que a los empleados se les paga por hora.
Sobre las licitaciones, el apoderado de las Madres dijo que algunos de los contratos ganaron por presentar los mejores proyectos. No especificó
cuáles.
El gobernador Juan Manuel Urtubey escuchó el reclamo de los constructores salteños y se habría comprometido para que las obras que liciten en Salta sean para empresarios del medio.

Por la reputación, el corralón sólo vende cemento en efectivo
Eran las 5 de la tarde. La jornada laboral finalizaba en el centro asistencial que construye la Fundación Madres de Plaza de Mayo en Tartagal, en el norte de Salta. Una camioneta del corralón FAAL llegaba a la obra para descargar unas bolsas de cemento, necesarias para seguir los trabajos al día siguiente.
“Sólo les vendemos cuando tenemos acreditado el importe. Hasta que no está el depósito no se le entrega la mercadería”, dijo Alejandro, un empleado de la firma, a El Tribuno.
“Esto es un negocio. Se paga en efectivo. No se le fía a nadie”, agregó Alejandro, quien admitió que conocía la mala reputación de la que gozaba la Fundación por la cantidad de cheques rechazados.
La Fundación de las Madres de Plaza de Mayo tiene en su prontuario varios cheques rechazados. Según datos del Banco Central, la Fundación tiene 148 cheques rechazados por falta de fondos, por un total de 2.247.041,07 pesos.
La organización pagó 124 de esos documentos, por el valor de 2.023.355,76 pesos. En total, pagó el 90,05% de su deuda.
Esos números difieren un poco si se los compara con el CUIT de Hebe Pastor de Bonafini. Según los datos del Banco Central, que son de acceso público, la líder de la organización tiene 159 cheques rebotados. Muchos de ellos coinciden con los que fueron devueltos de la Fundación.
La deuda era de 2.430.948,16 pesos y se pagaron 124 por el valor de 2.023.355,76 pesos (la misma cantidad que la Fundación). Al ser mayor el importe adeudado, el porcentaje abonado es del 83,23 por ciento.

El argumento
En una investigación publicada por El Tribuno en enero último, el apoderado de la Fundación, Sergio Schoklender, acusó al gobierno de Mauricio Macri de retener fondos que deposita el Gobierno nacional en cuentas de la Jefatura de Gobierno para pagar las certificaciones de obras a la Fundación.
“Tenemos cronogramas de pagos que no se pueden cumplir porque nos retienen los fondos”, había argumentado Schoklender.
El gobierno macrista, en cambio, señalaba que no pagaban porque las obras no avanzaban.

Una fábrica de puertas, la meta de Schoklender
La Fundación Madres de Plaza de Mayo tiene más proyectos para realizar en Tartagal. El apoderado de la organización, Sergio Schoklender, pensó en algún momento en construir una fábrica de aberturas, para abastecer de puertas y ventanas a todas las viviendas que construye la Fundación.
El intendente de Tartagal, Sergio Leavy, contó a El Tribuno que Schoklender le solicitó un galpón para instalar una fábrica de aberturas y que iba a generar 300 puestos de trabajo.
El proyecto aún no arrancó. Leavy reconoció que el municipio no posee ningún galpón. En las conversaciones entre el intendente y Schoklender no había quedado claro si la Fundación compraría el galpón o si se lo tenía que ceder el Municipio.
Ese es uno de los motivos que llevó a Leavy a no avanzar en ese sentido.

Mano de obra
El centro asistencial que construyeron las Madres de Plaza de Mayo en Tartagal se hizo entre 15 personas: 10 de ellas son evacuadas del barrio Santa María, afectado por el alud. Los otros cinco eran desocupados de la construcción, que aportaban experiencia en el rubro. Varios pelotones esperan que arranque la construcción de las viviendas (ver sin piqueteros, pero con “puerteros”).
Sin embargo, la Fundación tuvo que capacitar al personal porque no son construcciones convencionales, sino que son bloques prefabricados que envían desde Buenos Aires.
Ese método, que según la Fundación es frecuente en Italia, permite realizar obras en tiempo récord. Por ejemplo, el centro asistencial de Tartagal se terminará en apenas cinco meses. Tiempos muy diferentes de las obras públicas convencionales. “No tenemos ninguna obra paralizada. Nosotros avanzamos pese a la crisis”, dijo Schoklender a El Tribuno.
El apoderado contó que las viviendas que realizarán en esa ciudad serán para los afectados por el alud. “También para desocupados que trabajen en las obras. Cada uno se construye su casa”, concluyó.

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