El matrimonio que gobierna Tucumán acaba de demostrar la intolerancia con los periodistas que no escriben lo que los Alperovich pretenden leer.
Hace poco publiqué en El Tribuno una nota sobre el patrimonio de Beatriz Rojkés de Alperovich, y la primera dama de Tucumán y candidata a senadora nacional me envió una carta documento porque supuestamente, con la nota, lesioné su honor. Obvio, le contesté con otra carta documento en la que ratifico el contenido de la publicación y que en ningún momento injurié ni calumnié ni a ella ni a nadie de su familia, sino que la nota plantea, legalmente, el interrogante sobre la configuración de su patrimonio. Sobre todo, cuando la llamé para que diera su versión, pero no quiso atender.
Claramente se trata de una maniobra para presionar porque en la carta documento no me pide que me rectifique ni me da un plazo para ello. El Tribuno, por una decisión editorial, no va a publicar esta forma de presión. Pero yo sí.
Una aclaración: Pese a que la nota salió publicada en el diario para el cual yo trabajo en relación de dependencia, Alperovich me envió la intimación a la casa de mis padres. Es decir, me apunta a mi y no al medio para el cual trabajo, que es donde se publicó.
A continuación voy a transcribir, textualmente, la carta documento que me mandó y la respuesta.
Sr José Ignacio Sbrocco
Presente
En el carácter de apoderado de la señora Beatriz Rojkés de Alperovich conforme instrumento público otorgado por ante el escribano Juan Carlos Benedicto, titular del registro número 25 de esta provincia -escritura 202- y siguiendo expresas instrucciones de mi poderdante, pongo en su conocimiento por este medio fehaciente, que frente al contenido del artículo publicado en el diario El Tribuno de Tucumán en su edición de jueves 23 del mes de abril, pagina 7, y del cual surge su autoría material, en la que efectúa, de manera deliberada e intencional, falsas y temerarias afirmaciones sobre la persona de mi instituyente y su conducta, se iniciaran las acciones judiciales en defensa del honor e integridad familiar atacados.
Dado el dominio público de su artículo, sus imputaciones sin fundamentos, -que evidencian absoluta despreocupación por verificar la realidad de la información- nos ponen frente a un ataque al honor que constituye una lesión inmediata a la dignidad de la persona en sus materializaciones mínimas. Usted, a través de la publicación realizada, intenta generar ante la opinión pública –falazmente- sospechas y/o mal juicio de las acciones y conductas de mi mandante. Mediante la titulación del artículo, y los datos aportados en el cuerpo del mismo -conociendo la falsedad de la noticia- obró con malicia con el único propósito de injuriar manifestando que la conducta de mi instituyente inspira sospecha y desconfianza, descalificándola en su honor.
La injuria a un político conlleva la inmediatez de reparación, porque sin dudas inviste una personalidad no común sino de expectabilidad. Esa singular característica que los distingue (notoriedad, trascendencia, y jerarquía de la actividad en el plano comunitario), necesariamente impone la automaticidad reparatoria y pública que se reclama y exige.
Me permito reflexionar: El buen periodista, tiene la obligación profesional de informar con veracidad y manejar la información -adecuadamente verificada- en forma racional, en función de la información del público y no de otros intereses. Jamás en el ejercicio de la libertad de expresión –en el estado de derecho- se debe utilizar la posición de informador para difundir nociones arbitrarias o no comprobadas, ni tampoco para zaherir, desmerecer sus cualidades o insinuar por parte de ellos la comisión de conductas irregulares. En otras palabras, la verdadera libertad, implica libertad con responsabilidad.
El honor, constituye un valor que hace, no solo a la dignidad de las personas, sino también que se trasluce como un valor ético y social de actuación, del cual surge una pretensión de respeto. Y es esa pretensión la que protege la ley y hará valer en el ámbito de la Justicia en defensa de su honor e integridad personal y la de su grupo familiar.
La respuesta, enviada hoy 20 de mayo desde Salta.
Fue dirigida a su abogado, José Agustín Ferrari
Rechazo su carta documento por errónea, extemporánea e improcedente. La nota periodística se trata de una información veraz y objetiva que reconoce fuetnes fidedignas e incuestionables, maxime aun cuando se origina en la declaración jurada presentada por su mandante.
La noticia en cuestión en modo alguno (debería decir de ningún modo) se trata de un caso de real malicia ni persigue producir injuria o calumnia en su instituyente o familia. Por lo tanto desconozco que contenga ofensas al honor u otros derechos de su representada. Independientemente de lo expuesto precedentemente, le hago saber a ud que la nota periodística de mi autoría se limita a plantear un informe legítimo sobre la configuración de un patrimonio, considerando que su mandante no suministró la información que permita determinar el origen de su composición. De todos modos, las páginas de nuestro diario siempre están abiertas a los interesados en aclarar o dilucidar temas de interes institucional como es el que alude la nota erróneamente se cuestiona de vuestra parte, para poder satisfacer el derecho de información del pueblo. Debiendo tener presente que antes de la publicación de mi parte intenté comunicarme con su representada al telefono celular 0381-155039222 y 0381-154596565 recibiendo como unica respuesta que la sra de Alperovich no me podria atender por encontrarse en campaña política, ni atendería al diario El Tribuno, siendo menester recordar que este es el unico medio que ha resaltado a su cliente por ser una de las pocas funcionarias que presentan su declaración jurada.
Queda ud legalmente notificado
José Ignacio Sbrocco
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