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Los misterios que rodean a la empresa vinculada a un escándalo en Bolivia

Catler Hidrocarburos funciona en Salta desde el 31 de enero de 2007 y no tiene ningún empleado registrado.

Es una historia que tiene de todo: asesinato, robo, funcionarios políti­cos investigados, y una empresa mis­teriosa contratada para construir una planta de gas licuado en Bolivia y que
tiene un capital económico de sólo 7.000 dólares (50.000 bolivianos).
Catler Uniservice es un consorcio creado en Bolivia y que está integra­do por una empresa con domicilio legal en Salta, Catler International Corporation, y la boliviana Uniservi­ce. Se fusionaron y obtuvieron, me­diante una adjudicación directa, un contrato por 86 millones de dólares
para construir la planta de gas. Se había fijado un plazo de 340 días pa­ra finalizar la obra “llave en mano”.
Es decir, la obra se debería entregar el 20 de mayo, aproximadamente. Según el diario boliviano El Deber, un representante de la empresa le di­jo que la obra tenía un avance del 30 por ciento. Aunque, según constata­ron, no se había colocado ningún caño hasta el momento.
Catler Hidrocarburos está radicada en Salta y pertenece al grupo Catler, que también tiene filiales en Río de Janeiro (Brasil), en Santa Cruz (Boli­via) y República Dominicana.
Según datos oficiales, Catler Hi­drocarburos se inscribió el 31 de enero de 2007 en la provincia y su accionista es Agustín Melano, quien firmó el convenio con el presidente boliviano Evo Morales el 14 de julio de 2008. Catler Hidrocarburos (la empresa salteña) no registra emplea­dos en relación de dependencia.
En la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) está ins­cripta para realizar “actividades de servicios relacionadas con la extrac­ción de petróleo y gas, excepto las ac­
tividades de prospección”.
Sin embargo, no tiene demasiados movimientos empresariales. Dos se­manas antes de firmar el contratocon la petrolera estatal boliviana, YPFB, a la empresa salteña le recha­zaron un cheque por 4.200 pesos por falta de fondos.
¿Cómo se descubrió todo? El 27 de enero último fue asesinado el em­presario Jorge O’Connor, uno de los socios de Catler Uniservice. Llevaba una valija con 450 mil dólares que
supuestamente estaban destinados al titular de YPFB, Santos Ramírez, quien firmó el contrato con la em­presa para la construcción de la obra.
Santos Ramírez junto con diez di­rectivos de la petrolera fueron echa­dos por el presidente de Bolivia, Evo Morales, y son investigados en el ca­so de corrupción que conmueve a
ese país.
Pero el misterio vuelve porque el teléfono de la empresa en Buenos Aires es atendido por un contestador que aclara que no harán declaracio­nes a la prensa hasta que finalice la
investigación de la fiscalía.

Nota publicada en el diario El Tribuno, Salta

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