El ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín hacía tiempo que se había retirado de la política. Sin embargo, eso no fue un impedimento para que en octubre de 2005 viajara a Tucumán para apoyar al candidato a diputado nacional Federico Romano Norri.
Fui el único periodista que lo había ido a esperar al aeropuerto Benjamín Matienzo, en la capital tucumana. Fue casi imposible entrevistarlo. Todos los políticos se empujaban para saludarlo. Recuerdo que el reportero gráfico de ElTribuno Fabián Font me cuestionaba que yo saliera en la foto. Pero era la única forma de hacer mi trabajo, le había contestado.
Era una “leyenda viva”. Se notaba que Raúl Alfonsín era un caballero, porque pese a las fuertes presiones para agilizar el paso y trasladarse a un hotel céntrico para después ir a la sede del radicalismo, él me dedicó un tiempo para hablar de política. Anoche, cuando conocí la noticia de su fallecimiento se me erizó la piel.
Busqué las fotos que había sacado el fotógrafo y que conservé porque supe que en algún momento iba a tener que “desempolvarlas”.
Aunque fueran pocos los minutos que estuve con él tuve, como diría la periodista italiana Oriana Fallaci, “mi entrevista con la historia”.